lunes, 21 de octubre de 2013

Estrellas

Con el tiempo se les fue quedando cara de drogadictos. Su piel envejecida y curtida como la de los tambores del timbalero de la "orquesta". Seca.

Luego les dio por pintarse las canas, esas hebras de pelo que reflejan las puntas de unos espíritus indómitos que poco a poco van acumulando cargas, dolor y responsabilidad.

No era tan bello todo como lo fue en 1995. Casi 20 años después colgaban los hijos, las hipotecas firmadas antes del nacimiento (y deceso) del Napster, a las que tenían que seguir haciendo frente sin remilgos, sin poder tomarse licencias como afiliarse a una de esas plataformas ciudadanas que pelean con banqueros, o con quien haga falta en el momento.

Ellos ya eran famosos, pero seguían siendo humanos. Estrellas humanas venidas a menos, pero estrellas al fin y al cabo.

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